Historia que comencé a escribir motivado por la popularidad injustificada de Twilight y ese tipico sentimiento de “bah, yo podria hacer algo mejor que esa cosa”

Prologo: Eve & Dan

Eve y Dan se encontraban en el tejado de su casa, situada en un pequeño pueblo al sur de Austria, disfrutando del espectáculo que les ofrecía el cielo estrellado en una tibia noche de verano. Las estrellas parecían incluso más brillantes de lo normal, debido a que un repentino apagón había sorprendido a la ciudad, eliminando de paso toda la contaminación lumínica existente.
- Dame la mano – dijo Eve, de unos 15 años a su hermano Dan de 17.
- ¿Por qué?
- Porque tu hermana pequeña te lo pide… debería ser suficiente razón – Dijo ella fingiendo estar molesta… recordaba que podía manipularlo de ese modo casi desde que tenia uso de razón.
Dan entrecruzó sus dedos con los de Eve, tal como ella le pedía.
- Pensé… pensé que te irías Dan… Me alegra tanto que decidieras quedarte…
- Tonta, a mi tampoco me habría gustado dejarte sola… bueno, aun tendrías a mamá pero… no se si ella cuente como compañía últimamente…
Sus padres se habían divorciado hace tiempo. Los hermanos vivían con su madre, quien trabajaba todo el día, así que desde pequeños se habían acostumbrado a cuidarse mutuamente. Jacob, su padre vivía en la misma ciudad, y aunque también trabajaba bastante, lo visitaban con cierta regularidad. Sin embargo, a partir de la mañana siguiente todo cambiaria. Su padre les había anunciado que tenia una oferta de trabajo “irrechazable” en los Estados Unidos, incluso había invitado a Dan a que se fuera con el, ya que creía que seria una buena experiencia para su hijo, próximo a comenzar sus estudios universitarios.
- Dan
- ¿Qué?
- Prométeme que nunca te alejaras de mi.
- ¿Es necesario? ¿Por qué habría de hacerlo? si ya rechacé la oferta de papá…
- Porque… - Eve se interrumpió, lo que sentía no era algo que pudiera expresar con palabras… era algo mas que cariño, algo mas que amor filial, un sentimiento que no se atrevía a decir en voz alta, pero que ya no podía seguir callando. Deseaba gritarlo, deseaba decírselo a todo el mundo, pero no podía… ni siquiera ella terminaba de aceptarlo. – porque… - se acercó a Dan, quien la miraba extrañado. Vaciló un instante, pero aquel confuso sentimiento fue más fuerte y se impuso a su racionalidad. Sin soltar la mano de su hermano, siguió acercándose hacia su rostro, hasta que sus labios se unieron en un rápido, nervioso y confuso beso.
Con los ojos cerrados, Eve se apartó avergonzada y arrepentida. Dio media vuelta sin atreverse a mirar a su hermano que aun yacía confundido sobre el tejado, intentando comprender lo que acababa de ocurrir y corrió hacia la ventana que daba a un pasillo del segundo piso.
Eve se encerró en su cuarto, demasiado avergonzada para salir hasta la tarde del día siguiente, cuando descubrió que su hermano no estaba. Tampoco se esforzó en buscarlo… no quería enfrentarlo después de lo que acababa de hacer. Cuando su madre llegó, tarde como siempre, su hermano aun no aparecía.
- Supongo que desde ahora, serán mas difíciles los días para ti Eve… pero bueno, era lo mejor para el.
- ¿De que hablas, mamá?
- De la partida de tu hermano, por supuesto… yo pensé que ya había decidido quedarse, pero los adolescentes son tan cambiantes hoy en día… al parecer cambió de opinión justo antes de que el vuelo de tu padre partiera… a esta hora ya deben haber llegado.
El mundo de Eve se derrumbó en un instante… su hermano la había abandonado, quizás para siempre, pero no lo culpaba… la culpa era toda suya. Se sentia vacía.
Esa noche, fue una de las mas tristes de las que tenia memoria. No logró dormir… todo lo que podía hacer era culparse.